Desperté a eso de la madrugada, no tenia ni la menor idea de que hora era. Sentía un profundo dolor y culpa por lo mismo de siempre, por el mismo tema que siempre rondaba por mi cabeza, y pensaba un y otra vez, hasta que dije BASTA. Tengo que superarlo, tengo que confortarme que por fin abrí mi corazón contando mi historia aunque todavía falta mucho por contar. Que tuve la enseñanza suficiente de ser buena persona, de que con la verdad se llega a todo, y que cuando queres obtener todo muchas veces te quedas sin nada.
Tengo la certeza de tener gente a mi lado que me escucha, se pone en mi lugar porque quizás alguna vez paso por algo parecido y que te aconseje. Y eso me confortaba. Me confortaba a mi misma saber que confío en mi para poder hacer las cosas bien, que no me tengo que hacer mala sangre por algo que sabes perfectamente que tuviste buena intención.
Yo también soy así, escucho la historia de alguien, trato de ponerme en su lugar comprendiéndolo, y a veces busco la manera de hacerle pasar un buen momento por reemplazo de lo malo que vivió en su pasado; si hasta eso puedo llegar a hacer por alguien.
Viví muchas cosas que no fueron lindas, mi madre sufrió cosas que fueron peores de las que mi hermana y yo vivimos, a veces pienso que nosotras dos somos especiales, que somos un rejunte por así decirlo de las emociones de mi mama, y que quizás somos su milagro.